jueves, 5 de noviembre de 2009

Boletin GAL 870

BOLETÍN GAL

Nº 870. Jueves 5 de noviembre de 2009. Año V. Boletín Electrónico del Proyecto GAL III de la Comisión Nacional del Medio Ambiente de la Región Metropolitana de Santiago de Chile, CONAMA RM. Editor, Luis Alberto Gallegos Mendoza. Lectores(as): 27.458. Contacto: luisalbertogmz@gmail.com Fonos: 56-02-7857084, 09-5732334.

 

CONTENIDO

 

ESPECIAL: REUNIÓN DE BARCELONA Y CUMBRE DE COPENHAGUE

 

Cumbre Mundial de Cambio Climático: De Copenhague I a Copenhague II

Santiago, Chile, jueves 5 de noviembre de 2009, por Luis Alberto Gallegos, editorial Boletín GAL

Países de África, Bolivia y Venezuela boicotean Reunión de Barcelona contra países ricos

Barcelona, España, miércoles 4 de noviembre de 2009, AFP

África levanta boicot al diálogo climático de la ONU

Barcelona, España, miércoles 4 de noviembre de 2009, por Alister Doyle y Gerard Wynn, Reuters, Swissinfo

América Latina se presenta desunida en Reunión de Barcelona sobre cambio climático

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, por Gerardo Honty, Rebelión

América Latina es marginada de Reunión de Barcelona

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, por Jaime Plaza, El Comercio

Ciudadanía boliviana denuncia en Reunión de Barcelona crímenes climáticos y pide justicia

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, Univision

Activistas bloquean la salida de la Cumbre del Clima en Barcelona

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, Ecologistas en Acción

La gente se mueve contra el cambio climático

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, El Mundo

Europa señala que no será posible alcanzar un acuerdo sobre cambio climático en Copenhague

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, por Doug Palmer, Reuters

La Unión Europea acusa a Rusia y EEUU de no tener compromiso ante la reducción de emisiones de CO2

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, Adnmundo

Alemania pide refuerzos a EEUU para acción común contra el cambio climático

Washington, EEUU, miércoles 4 de noviembre de 2009, Xinhua

EEUU se compromete a redoblar búsqueda de acuerdo climático

Washington, EEUU, miércoles 4 de noviembre de 2009, por Alister Bull y Susan Cornwell, Reuters

EEUU: Republicanos boicotean sesión de Cámara Alta sobre Ley de Cambio Climático

Washington, EEUU, jueves 5 de noviembre de 2009, Prensa Latina

China rechaza en Barcelona la sustitución del protocolo de Kioto

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, Xinhua

Cambio climático: Tren rápido al infierno

La Habana, Cuba, jueves 5 de noviembre de 2009, por Renato Recio, Cuba Debate

Otra agricultura para otro clima

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, por Esther Vivas, Kaosenlared

 

ESPECIAL: REUNIÓN DE BARCELONA Y CUMBRE DE COPENHAGUE

 

Cumbre Mundial de Cambio Climático: De Copenhague I a Copenhague II

 

Santiago, Chile, jueves 5 de noviembre de 2009, por Luis Alberto Gallegos, editorial Boletín GAL.-  Las miradas ambientales del mundo político y ciudadano están puestas hoy en la Reunión de Barcelona. Allí, se define esta semana lo que se ha calificado como la "arquitectura" de un acuerdo global sobre el cambio climático a debatirse en la Cumbre de Copenhague del 7 al 18 de diciembre próximo.

 

Las señales que emite la reunión de Barcelona, al parecer, configura un escenario en donde se han agudizado notablemente las contradicciones y conflictos entre los diversos actores que la componen. Es más, podríamos advertir que Barcelona es, de alguna manera, un ensayo de laboratorio o entrenamiento y ejercicio de lo que será la Cumbre de Copenhague.

 

África, por ejemplo, golpeó la mesa al boicotear las sesiones iniciales a fin de producir un efecto de impacto y de severa crítica a los países industrializados que se resisten a definir montos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). África apenas contribuye con el 3,7% de las emisiones globales, pero es la región más afectada por el impacto del cambio climático en cuanto a sequías, desertificación, hambrunas, epidemias y migraciones. África está, por decirlo de algún modo, al borde de la desesperación por lo que percibe será escenario de graves consecuencias humanitarias y conflictos sociales debido a este fenómeno. Lo mismo podrían decir las islas Tuvalú y Maldivas debido al aumento del nivel del mar que las inundaría totalmente.

 

No obstante, los líderes de las grandes decisiones políticas globales en esta materia como EEUU, Comunidad Europea, China y Japón, al parecer están atrapados en sus propios problemas o con sus propias prioridades o estrategias.

 

Líderes mundiales discordantes en sus compromisos

 

El gobierno de los EEUU está relativizando la importancia que los científicos y la ONU le atribuyen a la Cumbre de Copenhague y preferiría entenderla como un primer paso a ratificar en el 2010 ó en años venideros. El gobierno de Barack Obama está a merced del lobby y presión de las grandes corporaciones y del boicot del partido Republicano que, desde la Cámara Alta, quizá pudiera otorgarle un plan de acción para Copenhague, pero no le brindará una Ley Ambiental antes de fin de año ni la autorización para sellar mayores acuerdos climáticos. Obama está atado de manos.

 

La Unión Europea (UE)  ha venido liderando propuestas audaces y ambiciosas en compromisos de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero de hasta el 20% para el 2020, pero no está en condiciones de actuar sola. Requiere de los EEUU. Y ello se lo ha dicho la canciller federal alemana, Angela Merkel, en reciente visita a Washington. La UE no está dispuesta a asumir sola el cúmulo de responsabilidades que significa la reducción de emisiones y el aporte financiero para la adaptación de los países en desarrollo, a pesar de que sus ofertas hayan sido hasta el momento bastante generosas.

 

China hasta el momento parecer estar jugando el papel de líbero y más interesada en defender el crecimiento de su PBI que la mitigación de GEI. A pesar de haberse constituido en el país emisor más grande del planeta, China no tiene el ánimo de asumir sus responsabilidades globales. Espera -con el pretexto de perpetuar el protocolo de Kioto que no le obliga a reducción de emisiones-, conocer, en su calidad de país no industrializado, qué le pueden ofrecer a cambio en materia de recursos financieros para la adaptación.

 

Japón mostró disponibilidad con su nuevo primer ministro de centroizquierda a reducir en un 25% sus emisiones de GEI para 2020, pero tampoco desea dar pasos sin tener la certeza de contar con otros aliados como los EEUU.

 

América Latina no atina

 

Latinoamérica no dispone de una voz ni una propuesta común. A pesar del intento confrontacional de los países agrupados en la Alternativa Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América (ALBA), del empeño de los gobiernos del Sistema de Integración Centroamericana (SICA), de la presión de los pueblos originarios y de los débiles reclamos del Mercosur, esta región -considerada altamente vulnerable al cambio climático por la pérdida de glaciares, deforestación, subida del nivel del mar y sequías-, no ha podido articular una estrategia definida. Una pena.

 

Brasil, uno de los mayores emisores de GEI, no ha logrado articular un movimiento regional. En un momento ha pretendido aliarse con Alemania en torno a este tema, con el propósito quizá de consolidar su política de exportación de biocombustible antes que un intento serio de reducción de GEI. Lo más rescatable es, en todo caso, su decisión de revertir la deforestación de la selva amazónica con compromisos de reducirla hasta en 73% para el 2017.

 

Venezuela ha estado muy discreto en las negociaciones de las reuniones globales previas a Copenhague. La razón probable es que sus intereses petroleros están más por encima que los intereses globales del cambio climático. Incongruencias de un gobierno bolivariano.

 

Chile ha tenido una ocasión de oro para posicionarse en este tema del cambio climático en la región latinoamericana. Pero la ha desaprovechado hasta el momento. Las atenciones internas concedidas al proceso legislativo de la institucionalidad ambiental y las urgencias de cumplir con los compromisos y requerimientos para acceder a la OCDE, se han constituido en prioridades antes que el diseño y ejecución de una política líder en América Latina respecto al cambio climático. Aún hay tiempo. Liberado sustancialmente del tema de la institucionalidad ambiental con el avance en los acuerdos legislativos con la oposición, Chile podría despejar opciones para asumir de un modo más eficiente y con liderazgo el tema del cambio climático a partir de 2010.

 

En este escenario global, lo más probable es que la actual Reunión de Barcelona no pase de ser un símil de lo que ha ocurrido en las reuniones globales de Bali, Bonn y Bangkok: interesantes debates, con voluminosos documentos y con grandes temas sin resolver (en corchete). Quizá pudiera avanzarse en definir una "arquitectura" de un acuerdo y de articular alianzas previas a Copenhague, pero no hay que hacerse muchas expectativas.

 

¿Qué nos depara la Cumbre de Copenhague?

 

Sin pretender ser pesimista, lo más realista es entender la Cumbre de Copenhague de diciembre próximo como una ocasión en donde probablemente se apruebe un acuerdo político básico plagado de  buenas intenciones, aunque no vinculante. Una oportunidad en donde no necesariamente se definan cifras precisas de porcentajes de reducción de emisiones de GEI de los países industrializados, ni tampoco dónde se establezcan compromisos numéricos acerca de recursos financieros para la adaptación en países en desarrollo, ni menos en donde los países en desarrollo asuman en verdad sus "responsabilidades comunes, pero diferenciadas" en materia de emisiones.

 

La espada de Damocles que amenaza en este escenario es, en verdad, lo que los científicos han aseverado que, de no acordar reducciones drásticas de las emisiones de GEI – hasta un 40% para el 2020 por parte de los países industrializados-, podría haber un aumento de hasta dos grados Celsius en el calentamiento global con consecuencias catastróficas para el planeta y la humanidad.

 

Copenhague podría ser, a menos que se produzcan eventos notables que alteren las tendencias, una Cumbre en donde los gobernantes de los países ricos prioricen el uso de sus calculadoras políticas y financieras, antes que pongan por delante conductas éticas, sensatas y de sentido común que el desastre del cambio climático nos impone y depara.

 

Copenhague no termina en Copenhague. Esta Cumbre no termina el 18 de diciembre próximo, día de su clausura. Lo más probable es que la Cumbre Mundial del Clima se proyecte al 2010 en búsqueda de mejores condiciones, escenarios y disposiciones de los líderes mundiales y sus países.

 

Incluso, no sería extraño que Copenhague se proyecte para los próximos cinco años venideros o más.

 

El cambio climático –ya lo han dicho los científicos del IPCC-, es de largo plazo y de prolongado aliento. Sus hitos tienen que ver con los escenarios de los años 2020, 2050 y 2100, fechas en donde los decidores de las políticas públicas climáticas y ambientales ya no serán de esta generación de políticos. Las decisiones estarán en manos de nuestros hijos y nietos. Ellos serán, quizá, más sabios que todos nosotros para cuidar este hogar llamado Planeta Tierra. Ojalá, en todo caso, que alcancen a sobrevivir para ello.

 

De la Cumbre Copenhague I a la Cumbre Copenhague II

 

Mientras tanto, ¿es posible hacer algo? Por cierto, sí.

 

La ciudadanía –que es la que realmente sufre ya el impacto de la carencia de agua, desertificación, cambios de sus cultivos, epidemias, inundaciones y migraciones-, tiene en definitiva como siempre lo ha hecho en la historia ante desastres, el instinto y vocación de sobrevivencia y la responsabilidad de contribuir a la mitigación, la adaptación y generación de capacidades frente al cambio climático.

 

A este fenómeno global se le enfrenta, también y sobre todo, en la gestión ambiental local (GAL). El cambio climático está y va seguir afectándonos con mayor énfasis en adelante, atravesando por largos y complejos procesos sociales, políticos y ambientales a nivel global y local.

 

Del mismo modo como algunas organizaciones ambientales ciudadanas protagonizan luchas globales exigiendo drásticas reducciones de emisiones a los países industrializados, asimismo es indispensable que en nuestras organizaciones locales podamos articular fuerzas, ganar experiencia en prácticas innovadoras y obtener resultados visibles y eficaces en la acción local, barrial y comunal.

 

Copenhague y todas las cumbres que vendrán en el futuro en torno al cambio climático, tienen su sentido fundamentalmente en lo que nosotros podamos hacer para enfrentarlo en la casa, escuela, lugar de trabajo, gobierno local y servicio público.

 

Nuestro desafío es que la Cumbre Copenhague I, que hoy es escenario de las decisiones de las grandes potencias –principales causantes del presente cambio climático-, se transforme en el futuro en la Cumbre Copenhague II, en donde la ciudadanía pueda ser realmente protagónica y en donde la política ambiental y climática sea lo que siempre debió ser: una política ética de preservación de lo más sagrado que tenemos, la vida de la humanidad y de nuestro planeta Tierra.

 

Países de África, Bolivia y Venezuela boicotean Reunión de Barcelona contra países ricos

 

Barcelona, España, miércoles 4 de noviembre de 2009, AFP.- Suspenden negociación sobre cambio climático por objeciones de África. La negociación de Barcelona sobre cambio climático se vio suspendida el martes cuando los países de África, respaldados por Bolivia y Venezuela, amenazaron con retirarse si los países ricos no anuncian importantes reducciones de sus emisiones contaminantes, según fuentes concordantes.

 

Las conversaciones fueron suspendidas en uno de los dos grupos de trabajo que negocian actualmente en Barcelona, el que discute el futuro del Protocolo de Kioto, y se llevaba a cabo una mediación entre bastidores para intentar desbloquear la cuestión, según fuentes cercanas a la negociación.

 

Los países del continente africano, a los que se sumaron Venezuela y Bolivia, acusaron a los países desarrollados de no comprometerse con cifras claras en sus recortes de emisiones de gases de efecto invernadero y se negaron a seguir negociando otras cuestiones hasta que ésta estuviese resuelta.

 

"Los países del Anexo 1 (países industrializados) deben mostrar la vía y poner sus cifras sobre la mesa", declaró a la prensa la delegada de Kenia, Grace Akumu, en presencia de los delegados de Argelia, Gambia y Lesotho. Los 53 países de la Unión Africana esperan que los países ricos se comprometan a una reducción del 40% de sus emisiones de gases de efecto invernadero en 2020 respecto a los niveles de 1990.

 

Las negociaciones de Barcelona tienen lugar en dos grupos paralelos: uno para los países que ratificaron el protocolo de Kioto (EEUU es el único país industrializado que no lo ha hecho) y el otro para los 192 países firmantes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) que incluye a Estados Unidos.

Este segundo grupo proseguía sus trabajos el martes en Barcelona durante la suspensión de las negociaciones en el primero.

 

La reunión de Barcelona, que comenzó el lunes y finalizará el viernes, es la última sesión preparatoria antes de la conferencia de la ONU en Copenhague, del 7 al 18 de diciembre, que debe desembocar en un nuevo acuerdo internacional de lucha contra el cambio climático.

 

Según algunos observadores en Barcelona, la iniciativa africana es una prueba de fuerza por parte de los países en vías de desarrollo para demostrar, de cara a Copenhague, que pueden bloquear la negociación si así lo desean.

Para otros, esta crítica estaría directamente dirigida a Estados Unidos.

 

"El mayor emisor histórico del mundo, Estados Unidos, no está tomando acciones en las negociaciones climáticas, en sus objetivos, en su financiación y el mundo en vías de desarrollo le está pidiendo cuentas con razón", consideró en Barcelona el director de la campaña climática de Greenpeace en Estados Unidos, Damon Moglen. "Mientras el Congreso estadounidense está riñendo sobre los subsidios para la industria de los combustibles fósiles y otras formas de justificar la inacción climática, los africanos están hablando de su supervivencia", agregó.

 

África levanta boicot al diálogo climático de la ONU

 

Barcelona, España, miércoles 4 de noviembre de 2009, por Alister Doyle y Gerard Wynn, Reuters, Swissinfo.- Naciones africanas levantaron el martes el boicot que durante el día interrumpió las negociaciones sobre el cambio climático de la ONU, después de haber obtenido la promesa de países ricos de hacer más esfuerzos para ampliar los recortes de las emisiones de gases de efecto invernadero.

 

Pero el grupo amenazó con repetir el boicot si no había progresos en las discusiones."Hemos sido capaces de llegar a una solución", dijo John Ashe, un funcionario de Antigua y Barbuda quien preside las negociaciones entre las partes sobre el existente Protocolo de Kioto de la ONU, a los delegados en el encuentro de 175 naciones en Barcelona, España.

 

Sin embargo, Pa Ousman Jarju de la delegación de Gambia, uno de los países que encabezaron el boicot de los africanos, advirtió que si ocurre "un fracaso (...) en los debates de mañana (miércoles), no tendremos otra opción sino una suspensión" de las conversaciones nuevamente.

 

Naciones africanas boicotearon algunos de los debates de las conversaciones sobre el clima de la ONU, como protesta por lo que calificaron como inadecuadas promesas de países desarrollados de reducciones de sus emisiones de gases efecto invernadero para el 2020, dentro de un pacto global a ser acordado en Copenhague el próximo mes.

 

"La gente en África está sufriendo, la gente está muriendo mientras los países desarrollados no están dispuestos a expresar (...) ambiciosas reducciones", dijo Kemal Djemouai, jefe del grupo africano, acerca del boicot en Barcelona.

Delegados africanos dijeron que sus naciones están más expuestas a sequías, inundaciones, incendios forestales, la desertificación, enfermedades y niveles crecientes del mar, según estudios la ONU, como resultado del calentamiento global causado principalmente por la quema de combustibles fósiles.

 

Bajo el compromiso del martes, seis de las 10 sesiones restantes sobre el Protocolo de Kioto en las reuniones del 2 al 6 de noviembre en Barcelona se centrarán en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero por parte de los países industrializados, uno de los mayores obstáculos para un acuerdo en Copenhague.

 

Delegados de África dijeron que la modificación del cronograma de debates tuvo que ser acompañado de una voluntad real de recorte de las emisiones. Naciones africanas piden a los estados desarrollados el recorte de emisiones en al menos un 40 por ciento por debajo de los niveles de 1990, para el año 2020, mucho más profundo que los ofrecidos hasta la fecha de entre un 11 y un 15 por ciento.

 

Barcelona es la sesión final de Naciones Unidas antes de la reunión en Copenhague. La ministra de Medio Ambiente española, Elena Espinosa, confirmó que la Unión Europea favorece una fusión de las negociaciones de Kioto con un pacto más amplio, en vez de extender el protocolo existente. "Preferimos un único acuerdo jurídicamente vinculante", dijo a Reuters.

 

América Latina se presenta desunida en Reunión de Barcelona sobre cambio climático

 

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, por Gerardo Honty, analista en energía y cambio climático de CLAES (Centro Latinoamericano de Ecología Social). Observador en la reunión de la Convención de Cambio Climático en Barcelona, Rebelión.- La reunión que comienza en Barcelona representa el ingreso en la fase final de la negociación de los acuerdos de Copenhague. El tiempo disponible es poco - apenas 5 días- y se espera que los horarios de las reuniones formales se extiendan hasta altas horas de la noche.

La última reunión celebrada en Bangkok (28 de setiembre a 9 de octubre pasados) aumentó dudas respecto a las posibilidades de alcanzar un acuerdo en Copenhague. Los países desarrollados quieren terminar con el "enfoque de dos vías" que ha venido rigiendo el camino de las discusiones hasta ahora conocidos como el de "cooperación a largo plazo" y el de "Protocolo de Kioto". Este grupo de países prefiere un acuerdo único que pueda incorporar a Estados Unidos (que aún no ha ratificado el Protocolo de Kioto y por lo tanto es difícil incluirlo en una continuidad de este) y en el que todos los países, incluso los países en desarrollo, asuman compromisos de mitigación. Estos por su parte intentarán mantener las dos vías de discusión pues entienden que un acuerdo común que ponga en un mismo nivel a países desarrollados y en desarrollo va en contra del principio de responsabilidades comunes pero diferenciadas que establece la Convención. Pare ellos el objetivo es lograr mayores compromisos de reducción de emisiones por parte de los países desarrollados y una amplia provisión de fondos para adaptación y desarrollo.

La única noticia esperanzadora en Bangkok la había dado Noruega cuando comunicó en el plenario su decisión de reducir un 20% sus emisiones para el año 2020. Sin embargo en general el cuadro resultaba poco alentador: la suma de los compromisos de reducción de los países del Anexo 1 (industrializados) arrojaba un promedio de entre 11% y 18% cuando el mínimo exigible para evitar el cambio climático peligroso es una reducción de entre el 25% y el 40%.

Si bien se ha logrado reducir en algo el número de opciones en debate en los diferentes temas el paquete de desacuerdos sigue siendo voluminoso. En alguno de ellos como tecnología, adaptación y creación de capacidades se ha logrado algún avance. Pero en mitigación y mecanismos financieros la negociación está completamente estancada.

Hace una semana el Secretario General Ban Ki-moon estableció sus cuatro puntos de referencia para el éxito en las negociaciones en Copenahague en un artículo publicado por The New York Times. En primer lugar, que todos los países - desarrollados y en desarrollo - deben hacer todo lo posible para reducir drásticamente las emisiones de todas las fuentes. Segundo, el acuerdo debe fortalecer la capacidad de los países para hacer frente a un clima que ya está cambiando, afirmando que "el apoyo para la adaptación no es sólo un imperativo ético, sino que es una inversión inteligente en un mundo más estable, seguro". En tercer lugar, cualquier acuerdo debe ser respaldado por la financiación para permitir que los países más pobres a la transición a una economía baja en carbono. Por último, el Secretario General recordó que las naciones deben ponerse de acuerdo sobre una estructura equitativa de la gobernanza mundial.

La participación latinoamericana

América Latina no ha estado unida ni mucho menos a lo largo de todo el proceso de negociaciones internacionales de cambio climático. Las necesidades y características de cada país los posicionan de distintas maneras en estos temas. Entre los países latinoamericanos hay países exportadores de petróleo, países con grandes bosques que están siendo deforestados generando importantes emisiones de dióxido de carbono, países exportadores de materias primas agropecuarias que es el sector de mayor nivel de emisiones en la región, etc. Cada una de estas particularidades genera oportunidades y desafíos diferentes.

Durante la discusión del Protocolo de Kioto y sus acuerdos posteriores (Marrakech) América Latina tampoco había actuado unida. La principal división parecía girar en torno a la manera de incluir en los acuerdos la emisión y captación de carbono del sector forestal y bosques. En este proceso hacia Copenhague la principal división parece ser política. Hay una tendencia a que los países del ALBA y "allegados" (Venezuela, Bolivia, Nicaragua, Cuba, El Salvador, Ecuador, Paraguay) adopten posiciones comunes y en franca oposición a los países desarrollados. Otro grupo de países parece asumir posiciones menos confrontativas y más proclives a buscar caminos de entendimiento que incluyan soluciones aceptables para todas las partes. En este grupo se incluyen Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Perú y Uruguay.

En general hay acuerdo entre los países de América Latina respecto a la necesidad de ver avances en Barcelona respecto a los compromisos de transferencia de recursos hacia los países en desarrollo y mayores niveles de reducción de emisiones por parte de los países desarrollados. Pero en otros temas principales no hay tanta unanimidad. Por ejemplo en asumir alguna forma de compromisos de mitigación, en el papel del mercado de carbono y del Mecanismo de Desarrollo Limpio, en cómo integrar la agricultura y la conservación de bosques en los acuerdos, en el reconocimiento de la deuda ecológica, etc. Es probable que en esta reunión de Barcelona las diferencias entre los países latinoamericanos tiendan a profundizarse. En la medida en que las posiciones más extremas en la Convención se sigan polarizando, las diferencias entre los países de la región más proclives a la negociación se irán distanciando de aquellos otros más intransigentes.

De nunca acabar

Y este proceso tendrá aún más tiempo por delante para desarrollarse. Ya se está hablando en Barcelona de la posible "continuación" de la COP 15 (Copenhague) en algún momento durante 2010 pasando a una especie de cuarto intermedio al finalizar la reunión de Copenhague. Esto no es nuevo en la Convención de Cambio Climático. Una situación similar se vivió en la COP 6 de la Haya en el año 2000 que concluyó seis meses después en Bonn en lo que se llamó en aquel momento la "COP 6 bis".

Al final de esta reunión en Barcelona el próximo viernes podrá tenerse una idea más aproximada acerca de la viabilidad de alcanzar algún acuerdo en la COP 15 de Copenhague o aún en una eventual COP 15 bis.

América Latina es marginada de Reunión de Barcelona

 

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, por Jaime Plaza, El Comercio.- Los deslizamientos de tierra que afectaron uno tras otro a varios sectores de Quito y del resto del país en el último invierno.  La sequía  prolongada que en estos días vive el Austro. Las temperaturas sobre los 25°C que soportó la capital en los últimos meses.

Esas y otras son las manifestaciones más cotidianas del cambio climático.  Y si llegase a incrementar en solo 2°C la temperatura promedio del planeta (hasta ahora ya subió en 0,7°C, en las últimas décadas), como se pronostica si no hay una acción inmediata, la situación será peor.   "Catastrófica" advierten los expertos que desde el lunes se dan cita en la reunión mundial de cambio climático en Barcelona, España.

Lo peor es que Ecuador y Latinoamérica, en general, constituyen una de las regiones más vulnerables. Pese a su escasa incidencia en el volumen general de emisiones de gases de efecto invernadero (responsables de las alteraciones climáticas) argumentan sus delegados. En promedio  genera un 6% del total mundial, sobre todo por la quema de hidrocarburos,  y sube a 12% al incluir la deforestación.

José Garibaldi, investigador y observador de la Convención sobre Cambio Climático, habla de efectos ciertos al mencionar a  fenómenos en la región como El Niño con cada vez más fuerza. Se suman  los huracanes en el Caribe con mayor número e intensidad; el retroceso de los glaciares andinos (de Ecuador entre estos) que ya afectan al abastecimiento de agua para la generación hidroeléctrica, consumo humano y riego; los cambios bruscos de los patrones de lluvias en Argentina…

Por eso ahora los países latinoamericanos están en el bando de quienes reclaman a los industrializados por un apoyo para la adaptación y mitigación de los efectos del cambio climático. No obstante, corren el riesgo de que en la Cumbre Mundial de Copenhague, Dinamarca, no trasciendan sus propuestas y  exigencias. Esto ya es evidente en Barcelona, cuando sus representantes son absorbidos por las multitudinarias concurrencias a las diversas reuniones de negociaciones.  Si bien todos, excepto México, están agrupados en el denominado G77 más China (una alianza entre países en desarrollo de los diferentes continentes), no participan como un bloque hegemónico.

El experto James Painter  mira a la región repartida en tres grupos y por fuera de estos a Brasil y Venezuela. El primero tiene una postura bastante marcada sobre la protección de la selva amazónica y el segundo cuida más sus intereses petroleros como miembro de la OPEP.

En el otro están los de la Alba -aunque no está reconocido por las Naciones Unidas- como Bolivia, Ecuador, Venezuela, El Salvador, Nicaragua y Cuba.   "Comparten una visión parecida, aunque con matices distintos. Insisten que los países desarrollados tienen la responsabilidad histórica sobre el cambio global y, por lo tanto, les exigen recortes significativos de emisiones de CO2, sin que ellos estén dispuestos a tomar igual medida".

En un tercer grupo aparecen Costa Rica, México, Perú, Colombia y Panamá. Ellos  están  dispuestos a aceptar que   tienen  metas de reducir emisiones. Bajo ese panorama, la mayoría prefirió presentar propuestas individuales como lo hace Ecuador, con su iniciativa Yasuní-ITT.
 
A propósito, Carlos Larrea, coordinador del proyecto, presentará la idea de dejar el crudo bajo tierra en el bloque Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT, en plena selva amazónica). A cambio la comunidad internacional deberá acoger a los Certificados de Garantía Yasuní, una especie de bonos de carbono.

Painter  aseguró que la urgencia de proteger la cuenca amazónica -es considerada de uno los últimos grandes pulmones que quedan en el planeta- es una de las mejores cartas de juego que países como Brasil, Ecuador, Perú y Colombia tienen a su favor.

Así, pretenden captar los recursos que la Unión Europea y España destinarán contra  al cambio climático.   La vicepresidenta primera del Gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, manifestó  que   su país aportará con 100 millones de euros adicionales hasta 2012.

 

Ciudadanía boliviana denuncia en Reunión de Barcelona crímenes climáticos y pide justicia

 

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, Univision.- Sociedad civil boliviana denuncia "crímenes climáticos" y pide justicia. Las poblaciones de América Latina son víctimas de los "crímenes climáticos" cometidos por los países desarrollados, denunciaron el miércoles en Barcelona (España) organizaciones bolivianas que exigen una justicia climática internacional que incluya reparaciones.

 

"Se ha constatado que las consecuencias del cambio climático están implicando la violación del derecho al territorio, a la cultura y a la vida de las poblaciones" indígenas de Bolivia, afirmó Elisabeth Peredo, directora de la Fundación Solón.

 

El deshielo de los glaciares andinos, por ejemplo, amenaza a estas poblaciones con una penuria de agua que "a mediano plazo va a forzar a las comunidades a retirarse de su hábitat", explicó.

 

Peredo presentó la creación a mediados de octubre en Cochabamba (Bolivia) de un Tribunal Internacional de Justicia Climática, una entidad ética no vinculante en la que participan organizaciones de otros países latinoamericanos como Argentina, Colombia, Chile, El Salvador, Perú o Puerto Rico.

 

Ante este organismo, único de su género en el mundo en cuestiones climáticas, se presentaron el 13 y 14 de octubre varios casos de violaciones de los derechos humanos causados por el calentamiento global del que los países en vías de desarrollo responsabilizan a las naciones industrializadas.

 

A partir de estas denuncias, el tribunal recomendó "exigir a los gobiernos de los países industrializados del Norte, la reparación de la deuda climática y ecológica que han venido acumulando históricamente".

 

Este organismo pidió asimismo a Naciones Unidas "que se abran investigaciones exhaustivas sobre los derechos que se están violando, con la creación de relatores especiales como los que ya existen para otros temas", explicó Peredo a la AFP.

 

"La voz de los pueblos cuya supervivencia está amenazada" por las consecuencias del calentamiento global "no está siendo escuchada en las negociaciones", denunció, criticando un debate que calificó de "totalmente mercantil" y "ajeno al sufrimiento de la gente".

 

Bajo la égida de Naciones Unidas, delegados de más de 180 países negocian hasta el viernes en Barcelona en un intento de avanzar en la elaboración de un nuevo acuerdo internacional de lucha contra el cambio climático que debería ser adoptado en diciembre en la conferencia de Copenhague.

 

"Estamos pidiendo a los países que contaminan que asuman sus responsabilidades", urgió por su parte Seferino Cortes, miembro de la comunidad Khapi que vive en las faldas del nevado boliviano de Illimani, del que también dependen otras 40 comunidades indígenas.

 

"Tememos que la nevada se haya reducido al 50%" debido al calentamiento, y "si no hay agua, por fuerza tendríamos que salir a otros departamentos, a otros países", afirmó. Este movimiento de refugiados climáticos representaría además "el abandono de nuestra cultura y de nuestras costumbres tradicionales", agregó.

 

"El modelo de producción capitalista en menos de cinco siglos está destruyendo el planeta", denunció por su parte Cristian Domínguez, de la Plataforma Boliviana frente al Cambio Climático, urgiendo a reemplazarlo por un "modelo de desarrollo equitativo, solidario y armónico con la naturaleza".

 

Moisés Huarachi, de la Confederación Sindical de Comunidades Interculturales de Bolivia, recordó por su parte que también durante la cumbre del ALBA, el 15 y 16 de octubre en Cochabamba, se pidió "el reconocimiento y el pago de la histórica deuda climática" por parte de los países ricos.

 

"Debemos en el futuro tener mecanismos que permitan hacer justicia con aquellos que generan impactos o no respetan compromisos", urgió por su parte el viceministro boliviano de Medio Ambiente, Juan Pablo Ramos, afirmando el apoyo de su gobierno a esta iniciativa ciudadana de "justicia climática".

 

Activistas bloquean la salida de la Cumbre del Clima en Barcelona

 

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, Ecologistas en Acción.- Activistas bloquean la cumbre del clima de Barcelona porque consideran que sin reducciones urgentes, obligatorias, domésticas y de hasta un 40% en 2020 para los países industrializados, no hay salida a la crisis climática.

A las 10 de la mañana, 70 activistas de la campaña "El Clima no está en Venta", en la que participa Ecologistas en Acción han bloqueado 10 puertas de salida del recinto ferial donde se está celebrando la conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, denunciado así que "si los países del norte industrializado no asumen una reducción drástica, obligatoria y hecha en el propio territorio de las emisiones de CO2, no hay salida a la crisis climática ".

 

Los activistas han colgado pancartas contra el mercadeo de emisiones y han gritado consignas recordando a los delegados internacionales que "market is the problem, not the solution". Bloqueando las puertas con sus propios cuerpos, han cantado lemas como "aquí estamos, aquí nos quedamos, si no hay reducciones, no nos levantamos" y han denunciando la influencia de los lobbys empresariales en las negociaciones.

 

La tensión inicial con el servicio de seguridad de las Naciones Unidas no ha ido a más y los activistas han podido hablar con algunos delegados, entre ellos una representante de la delegación española, a quienes se les ha transmitido la frustración por el doble discurso de las administraciones catalana, española y europea, que al mismo tiempo que se declaran preocupadas por el cambio climático siguen planificando un crecimiento indefinido del consumo energético y las infraestructuras.

 

A continuación se reproduce el comunicado de la acción:

 

En Barcelona se está cocinando el acuerdo histórico de Copenhague que ha de impedir que el cambio climático cruce el catastrófico punto de no retorno. El vigente protocolo de Kioto no ha sido capaz de alcanzar sus modestos objetivos de reducción de emisiones de CO2. Entre los años 2000 y 2005, las emisiones han aumentado un 3.2% anual, cuatro veces más rápido que en la década anterior.

 

La necesidad urgente de una reducción ambiciosa de las emisiones de CO2 ha sido consensuada por la comunidad científica, pero choca de pleno con intereses e inercias estructurales. La gravedad de la situación es de dominio público. Sin embargo, los elementos fundamentales se han sustraído del debate público y se nos distrae reduciendo el problema al cambio de bombillas de casa.

 

Ciudadanos anónimos de procedencia local, estatal e internacional hemos venido aquí porque sin una reducción drástica, doméstica y obligatoria de las emisiones de CO2 no hay salida a la crisis climática. Porque los delegados no deberían salir de la conferencia hasta consensuar un buen acuerdo. Y un buen acuerdo no puede basarse en ficciones tecnológicas y mercadeo de emisiones.


 Hemos venido aquí para exigir que de la Cumbre de Copenhague salga un compromiso firme por una reducción drástica e inmediata de las emisiones de gases invernadero, así como un programa creíble que el uso de energías fósiles se haya abandonado plenamente a mediados de siglo y la deforestación se haya detenido mucho antes.
 Hemos venido aquí para dar a conocer que una de las razones principales del fracaso de Kioto es que permite "deslocalizar" los objetivos nacionales de reducción. Esta reducción ficticia se puede hacer tanto a través del comercio de emisiones como a través de la actividad industrial deslocalizada a países donde es más barato producir, como en China.
 Hemos venido aquí para dar a conocer que el comercio de emisiones permite obtener créditos de CO2 a cambio de implementar tecnologías "limpias" a los países pobres. Denunciamos estos Mecanismos de Desarrollo Limpio (MDL) para subsidios a los criminales climáticos de las grandes corporaciones regalándoles créditos de CO2, porque ha retrasado peligrosamente los cambios que hay que hacer aquí para transformar nuestro modelo de producción, y porque son ineficientes (según la propia UE, en más de un 40% de los casos no existe ninguna reducción de emisiones).
 Hemos venido aquí para exigir al gobierno español que cambie las directrices de la política energética y detenga el mantenimiento y la intensificación del consumo de combustibles fósiles mediante la subvención del carbón español. El gobierno español maquilla con retórica ambientalista lo que realmente es una política energética altamente contaminante.
 Hemos venido aquí para exigir al Gobierno catalán que asuma una reducción real de las emisiones de gases invernadero, que deje de lado los planes estratégicos basados en el uso intensivo de combustibles fósiles, reformulando radicalmente el Plan General de Infraestructuras y el Plan de la Energía.
 Hemos venido aquí para exigir un apoyo real a las energías renovables descentralizadas y en manos de la sociedad, no de los grandes criminales climáticos corporativos. Como también para reivindicar la extensión por todo el territorio de Planes Locales por el Descenso de la Energía.
 Hemos venido aquí para que se incluya la industria aeronáutica dentro del acuerdo de Copenhague, poniendo fecha de caducidad a los vuelos domésticos y estableciendo reducciones obligatorias de emisiones.
 Hemos venido aquí porque los grupos de presión empresariales también están. Barcelona, zona libre de lobbies!
 Hemos venido aquí para denunciar la fe tecnológica que hoy toma la forma de la captura de CO2 o la energía nuclear y recordar que, valoradas en conjunto, estas tecnologías resultan peligrosas y contraproducentes, y no pueden evitar lo impostergable: un cambio profundo del modelo económico.

Si algún mercado hay que promover para salvar el clima, son los mercados agroecológicos, no los mercados de emisiones. Queremos un acuerdo JUSTO, VINCULANTE Y AMBICIOSO que asuma el gran tabú: que el crecimiento económico es inseparable del crecimiento de las emisiones, y actúe en consecuencia. Si el clima fuese un banco ya lo habrían salvado… y el tiempo se acaba…

 

La gente se mueve contra el cambio climático

 

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, El Mundo.- La gente se mueve contra el cambio climático. Definitivamente, ha comenzado un movimiento ciudadano que se larva al margen de las grandes declaraciones políticas. Este movimiento tiene diversas vertientes, que son difícilmente resumibles en un blog, pero alcanzan desde las iniciativas empresariales e industriales, al más sencillo activismo social. El movimiento es ya imparable.

 

Por un lado, la confianza en las energías renovables va en aumento y, a pesar de los obstáculos a los que se están viendo sometidas continúan dando buenos registros. Si hace unos días se llegaba a superar el 50% de la demanda de energía eléctrica en España cubierto con energías renovables, esta noche sólo la eólica ha batido un nuevo récord, alcanzando más del 40% de cobertura de la demanda. Este desarrollo de las renovables no hubiera sido posible sin el empuje de unos cuantos pioneros, que se movieron "contra viento y marea" (¡vaya paradoja!).

 

El movimiento puede pulsarse hoy en muchos ámbitos. Tal vez uno relevante, por haberse convertido en un medio de comunicación con una gran audiencia sean las redes sociales. Pero en estos días también se ha dejado sentir en la calle y en los medios convencionales. La masiva respuesta al Blog Action Day contra el cambio climático es otro buen ejemplo.

 

Mientras en Barcelona se retoman con dificultades las negociaciones gubernamentales para llegar a un gran acuerdo global contra el cambio climático, decenas de usuarios de Facebook están adoptando iniciativas concretas e individuales para hacer llegar mensajes a los gobiernos. Muchos internautas, por ejemplo, han cambiado la foto de su perfil por una esfera de la Tierra, en demanda de acción concreta contra las emisiones de CO2.

 

La gente está tomando las riendas del futuro de la Tierra, y exigiendo a los líderes que dejen de echar balones fuera y se pongan de una vez manos a la obra. Un nuevo activismo ecologista está surgiendo con fuerza, ante el abandono total de esta causa por parte de los políticos.

 

El objetivo trasciende la próxima Cumbre de Copenhague, aunque tiene una parada allí.

 

Europa señala que no será posible alcanzar un acuerdo sobre cambio climático en Copenhague

 

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, por Doug Palmer, reporte adicional de Roberta Rampton y Ayesha Rascoe; editado en español por Marion Giraldo, Reuters.- Barroso ve improbable acuerdo sobre cambio climático Copenhague. El presidente de la Comisión Europea dijo el martes que no será posible alcanzar un acuerdo internacional para combatir el cambio climático el mes próximo en Copenhague, pero que al menos se podría lograr un marco de trabajo para el pacto. "Por supuesto, no vamos a tener un tratado vinculante amplio del estilo de Kioto en Copenhague", dijo José Manuel Barroso a periodistas antes de reunirse con el presidente estadounidense, Barack Obama. "No hay tiempo para eso", aseveró.

 

Pero Barroso estimó que será posible desarrollar un acuerdo en cuanto al marco de trabajo, con claros compromisos de países desarrollados y en vías de desarrollo. Un marco de ese tipo incluiría firmes plazos para reducir las emisiones por parte de los países ricos y un acuerdo en cuanto a las acciones que deben tomar los países en desarrollo, dijo Barroso.

 

Los países desarrollados como Estados Unidos y los miembros de la Unión Europea deben poner "las cifras sobre la mesa" para los recortes de las emisiones y el financiamiento de la ayuda a las naciones en vías de desarrollo", señaló.

 

La UE ha prometido reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 20 por ciento con respecto a los niveles de 1990 para el 2020 e incrementar el recorte hasta el 30 por ciento de acuerdo a lo que hagan otros", dijo Barroso.

 

Pero a un mes del encuentro en Copenhague, el Senado estadounidense apenas ha comenzado a debatir la legislación para lidiar con el cambio climático y se prevé que no terminará la discusión antes de fin de año. El plan del Senado, que ya es fuertemente resistido por la oposición, demanda un recorte del 20 por ciento en las emisiones de Estados Unidos con respecto a los niveles del 2005.

 

Mejor atmósfera

 

Barroso reconoció que Obama ayudó a mejorar la atmósfera en torno a las negociaciones climáticas al dar mucha más importancia al tema que su antecesor, George W. Bush. "Damos la bienvenida a estos esfuerzos, pero vamos a ver qué está dispuesto a presentar Estados Unidos en Copenhague", dijo.

 

La Comisión Europea estima que los países en desarrollo necesitarán alrededor de 150.000 millones de dólares anuales en fondos públicos y privados antes del 2020 para adaptarse al cambio climático y reducir las emisiones.

Los estados miembros de la UE acordaron la semana pasada otorgar una "porción justa" de aquel monto, dijo Barroso, agregando que planea plantear el tema a Obama.

 

El presidente dijo que el financiamiento estará ligado a la implementación de planes nacionales para reducir las emisiones por parte de los países receptores del dinero. Actualmente, las naciones ricas y pobres están en desacuerdo en cómo distribuir el peso de los recortes de las emisiones y la ayuda para financiar un acuerdo.

 

La Unión Europea acusa a Rusia y EEUU de no tener compromiso ante la reducción de emisiones de CO2

 

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, Adnmundo.- De acuerdo con el comisario europeo de Medio Ambiente, Stavros Dimas, a Estados Unidos, Rusia, Canadá y Ucrania no tienen "compromisos suficientemente ambiciosos" respecto al recorte de emisiones de dióxido de carbono y lucha contra el cambio climático.

 

Según informó la agencia Efe, Dimas sí reconoció el esfuerzo de países como Japón y Australia, que ofrecieron alcanzar en 2020 un recorte de emisiones del 25 por ciento con respecto a los niveles de 1990.

Las declaraciones del comisario se dieron en una reunión de la comisión de Medio Ambiente del Parlamento Europeo (PE) sobre las negociaciones para lograr un acuerdo internacional en la cumbre de Copenhague, que permita que la temperatura del planeta no aumente por encima de dos grados centígrados.

Asimismo, dijo que los tres principales retos a superar son que los países en desarrollo adquieran compromisos de reducción de CO2 vinculantes, que las naciones en desarrollo garanticen que limitarán el crecimiento de sus emisiones y que el mundo industrializado acuerde una ayuda económica suficiente para financiar la lucha contra el cambio climático en los estados más pobres, añadió Efe.

En este contexto, el comisario considera que la Unión Europea (UE) tiene que dar ejemplo y estima que su contribución a la financiación pública internacional debe ser como mínimo de entre 2.000 y 3.000 millones de euros anuales a partir de 2020.

 

Alemania pide refuerzos a EEUU para acción común contra el cambio climático

 

Washington, EEUU, miércoles 4 de noviembre de 2009, Xinhua.- Merkel pide esfuerzos internacionales ante cambio climático. La canciller federal de Alemania, Angela Merkel, urgió el día 3 en Washington a la comunidad internacional a que emprenda una acción común para combatir el cambio climático y dijo que "no hay tiempo que perder".

"Necesitamos un acuerdo en la conferencia sobre el clima de diciembre en Copenhague. Necesitamos un acuerdo en relación con un objetivo: el calentamiento global no debe exceder los dos grados Celsius", dijo la canciller federal Merkel en un discurso ante los legisladores estadounidenses.

"Para lograr esto necesitamos la disposición de todos los países a aceptar obligaciones de carácter obligatorio a nivel internacional. No podemos darnos el lujo de no alcanzar los objetivos de protección climática que la ciencia nos dice que tenemos que alcanzar", dijo Merkel.

Estados Unidos, Alemania y otros importantes países desarrollados acordaron en la cumbre del G8 de julio, realizada en L'Aquila, Italia, apoyar el objetivo de evitar que la temperatura promedio mundial suba más de dos grados Celsius.

Antes de salir con rumbo a Washington, Merkel y otros líderes de los estados miembros de la Unión Europea llegaron a un acuerdo sobre el tema del cambio climático y establecieron una postura unificada para la negociación en la conferencia sobre cambio climático en Copenhague.

"Una vez que nosotros en Europa y en Estados Unidos demostremos que estamos listos para adoptar acuerdos obligatorios también podremos convencer a China y a India de que participen", dijo Merkel. "Y después, en Copenhague, podremos superar este muro que separa el presente del futuro en favor de los intereses de nuestros hijos y nietos y en favor de los intereses del desarrollo sostenible en todo el mundo", agregó.

Merkel, que está aquí para celebrar el vigésimo aniversario de la caída del Muro de Berlín, es la primera líder de Alemania en hablar ante el Congreso estadounidense desde Konrad Adenauer en 1957.

Esta mañana, Merkel se reunió con el presidente de Estados Unidos Barack Obama en la Casa Blanca. Los dos líderes confirmaron la alianza Estados Unidos-Alemania en relación con una serie de desafíos comunes, desde el cambio climático hasta la no proliferación nuclear.

 

EEUU se compromete a redoblar búsqueda de acuerdo climático

 

Washington, EEUU, miércoles 4 de noviembre de 2009, por Alister Bull y Susan Cornwell, reporte adicional de Patricia Zengerle, escrito por Alister Doyle y Gerard Wynn en Barcelona, y Alister Bull en Washington; editado por Hernán García, Reuters.- Obama se compromete a redoblar búsqueda de acuerdo climático. El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, y líderes de la Unión Europea (UE) se comprometieron el martes a redoblar los esfuerzos para buscar un acuerdo climático en una cumbre en Copenhague, pero no dieron detalles sobre cómo alcanzar ese ambicioso objetivo.

 

"Discutimos exhaustivamente el cambio climático y todos nosotros acordamos que es imperativo que redoblemos nuestros esfuerzos en las semanas desde ahora hasta la cita en Copenhague para asegurar la creación de un marco para el avance", dijo Obama a la prensa.

 

La conferencia de Naciones Unidas para combatir el cambio climático se realizará en Copenhague desde el 7 al 18 de diciembre, y pondrá a poderosas potencias económicas emergentes como China e India frente a las naciones occidentales industrializadas en la lucha por reducir las emisiones de gas de invernadero.

 

Obama habló después de una reunión en la Casa Blanca con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, el jefe de Relaciones Exteriores de la UE, Javier Solana, y el primer ministro de Suecia, Fredrik Reinfeldt, cuyo país preside actualmente la UE.

 

Los europeos se mostraron optimistas respecto a la posibilidad de lograr un acuerdo. "Respecto al cambio climático, quiero decirles que estoy más confiado ahora que lo que estuve en los días anteriores", declaró Barroso. "El presidente Obama cambio el clima en las negociaciones climáticas. Porque con el sólido liderazgo de Estados Unidos podemos alcanzar un acuerdo", agregó.

 

Barroso dijo más temprano a los periodistas que no esperaba "un tratado vinculante hecho y derecho como el de Kioto para la cita en Copenhague". Pero la canciller alemana, Angela Merkel, indicó a legisladores estadounidenses tras reunirse con Obama el martes temprano que un acuerdo es urgente y que "no hay tiempo que perder".

 

Merkel, en el primer discurso de un líder alemán a una sesión conjunta del Congreso estadounidense desde el que pronunció Konrad Adenauer en 1957, fue mucho más específica sobre qué exigiría un acuerdo. "Necesitamos un acuerdo sobre un objetivo: el calentamiento global no debe exceder los 2 grados centígrados (...) Para alcanzar ésto, necesitamos la disposición de todos los países para aceptar obligaciones internacionalmente vinculantes", manifestó Merkel.

 

En una declaración divulgada luego de la cumbre entre Estados Unidos y la UE, los líderes dijeron que habían acordado "promover un ambicioso y exhaustivo acuerdo internacional sobre el cambio climático en Copenhague". "Juntos, trabajaremos hacia un acuerdo que ponga al mundo en una vía de crecimiento y desarrollo con bajo nivel de dióxido de carbono, aspire a un objetivo de una reducción de un 50 por ciento de las emisiones globales para el 2050, y refleje los respectivos esfuerzos de mitigación a mediano plazo de todas las economías importantes, tanto desarrolladas como emergentes", indicó el comunicado.

 

Los líderes también dijeron que "trabajarían en movilizar" recursos financieros significativos para apoyar los esfuerzos climáticos de los países climáticos y fortalecer el desarrollo de fuertes mercados de transacción de cuotas de dióxido de carbono.

 

EEUU: Republicanos boicotean sesión de Cámara Alta sobre Ley de Cambio Climático

 

Washington, EEUU, jueves 5 de noviembre de 2009, Prensa Latina.- Senadores republicanos boicotearon hoy una sesión de una comisión de la cámara alta estadounidense, encargada de discutir un proyecto de ley para combatir el cambio climático.  Los siete republicanos miembros del Comité de Medio Ambiente y Obras Públicas no se presentaron al debate para impedir el análisis de la propuesta, aunque si lo hicieron los 12 demócratas.

Según las normas de esa instancia, se necesitan al menos dos republicanos para que su presidenta, Barbara Boxer, pueda celebrar la sesión de trabajo. Entre los republicanos de ese comité figura James Inhofe, quien describió al calentamiento global como el "mayor engaño jamás perpetrado contra el pueblo estadounidense".

El partido opositor exige un estudio sobre el impacto económico que tendrá la medida y exigieron a Boxer reformar el proyecto para hacerlo más adecuado a sus puntos de vista.

Aunque Boxer accedió a discutir, afirmó que continuará con sus planes de iniciar cuanto antes la votación sobre las diversas enmiendas del plan. La acción de los republicanos contrasta con la postura de la Casa Blanca y de legisladores demócratas, quienes defienden la iniciativa para reducir los gases contaminantes.

El debate sobre la normativa se ha demorado en el Capitolio. Recién a principios de octubre pasado el Senado aprobó una versión, tres meses después de que lo hiciera la Cámara de Representantes. La propuesta senatorial, presentada por Boxer y su colega demócrata John Kerry, obliga a reducir las emisiones de gases en un 20 por ciento en comparación con los niveles de 2005.

Sin embargo, esos planes encuentran un fuerte rechazo entre las compañías del sector, la Cámara Estadounidenses de Fabricantes, la Cámara de Comercio y en la bancada republicana en el Congreso. Pese a la campaña, Carol Browner, directora de la oficina presidencial de políticas de energía y cambio climático, admitió recientemente que será imposible firmar la legislación antes de concluir el año.

 

China rechaza en Barcelona la sustitución del protocolo de Kioto

 

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, Xinhua.-  China ratifica en Barcelona su rechazo a la sustitución del protocolo de Kyoto. China ha rechazado, junto con otros muchos países integrantes del Grupo de los 77, la propuesta de algunos países desarrollados para sustituir el Protocolo de Kyoto, ya que considera que éste refleja las obligaciones tanto comunes como individuales de todos los países.

 

El representante del gobierno chino en las negociaciones de Naciones Unidas sobre el cambio climático, Su Wei, comentó que los países desarrollados deben comprometerse a la reducción de las emisiones en la segunda etapa del Protocolo de Kyoto que se extenderá hasta 2020, después de que la primera etapa del protocolo expire en 2012, y que considera que el Protocolo de Kyoto es la esencia del Mapa de Ruta de Bali.

 

Su Wei dijo que el resultado final de la próxima reunión de Copenhague debe ser la unión de los acuerdos logrados en los grupos de trabajo del Protocolo de Kyoto y de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre Cambio Climático. Subrayó que las obligaciones de reducción de emisiones de los países desarrollados después de 2012 deben fijarse a través de las enmiendas del anexo B del Protocolo, y que se debe proceder según lo que estipula la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en lo concerniente a la mitigación y adaptación al cambio climático, inversiones, transferencia de tecnologías y construcción de capacidades.

 

El proceso de negociación sobre el cambio climático está basado en las sesiones de la Conferencia de las Partes, órgano supremo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC). Las negociaciones que han tenido lugar esta semana en Barcelona, España, con la participación de delegados de unos 180 países, constituyen la última ronda de diálogos antes de la Conferencia de Copenhague.

 

Cambio climático: Tren rápido al infierno

 

La Habana, Cuba, jueves 5 de noviembre de 2009, por Renato Recio, Cuba Debate.- Al mismo tiempo que la humanidad lamenta angustiada la previsible inutilidad de la reunión de Copenhague, en la cual al parecer no se llegará a ninguna resolución legalmente vinculante sobre la emisión de gases de efecto invernadero, en Estados Unidos los senadores republicanos del Comité de Medio Ambiente y Obras Públicas anunciaron planes para boicotear la sesión de trabajo sobre cambio climático que debían efectuar esta semana.

 

Se necesita al menos la participación de dos republicanos y es, entonces, relativamente fácil impedir la sesión de trabajo que daría la posibilidad de modificar la legislación y luego votar su aprobación en el referido organismo. Según informa Democracy Now, entre los republicanos que integran el Comité se encuentra el senador James Inhofe, de Oklahoma, quien describió al calentamiento global como el "mayor engaño jamás perpetrado contra el pueblo estadounidense".

 

Si la última reunión preparatoria, celebrada en Bangkok (28 de septiembre a 9 de octubre pasados) aumentó las dudas respecto a las posibilidades de alcanzar un acuerdo en Copenhague, la que se lleva a cabo desde este lunes en Barcelona comenzó rodeada de pronósticos sombríos.

 

La mega reunión de Barcelona, con 4 000 delegados de 180 países, es el último intento por lograr acuerdos concretos de cara a la próxima convención de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) sobre cambio climático en Copenhague.

 

El propósito inicial era el de llegar a la cumbre de diciembre próximo, en Dinamarca, con un documento capaz de reemplazar al Protocolo de Kyoto, el plan contra el calentamiento global que vence en 2012, cuya aplicación, e incluso su propio contenido, no ha estado en sintonía con la velocidad con que avanza el peligro catastrófico del cambio climático.

 

El periódico argentino Página 12 comentaba ayer que los postulados de Kyoto y sus indicaciones a las naciones más ricas de disminuir un cinco por ciento las emisiones de carbono –causa madre del calentamiento del planeta– hoy se ve como muy insuficiente para evitar que la temperatura promedio del planeta suba por encima de los dos grados centígrados respecto de la era preindustrial. "Si no se tomaran decisiones, afirma el diario, se llegará a los tres grados como un tren rápido al infierno: desertificación, inundaciones y hambrunas generalizadas."

O se salva el clima o muere la humanidad

 

Jeremy Rifkin, un destacado economista estadounidense, que en su momento asesoró al vicepresidente Al Gore, el más ecologista de los políticos norteamericanos, vaticinó a propósito de la reunión barcelonesa que si continúa el actual ritmo del cambio climático la humanidad colapsará en 30 o 40 años y las especies, a final de siglo.

 

Rifkin recordó que las predicciones de los científicos del IV Informe del Panel Intergubernamental de Cambio Climático de la ONU (IPCC, por sus siglas en inglés) apuntan a un aumento de tres grados centígrados de la temperatura de la Tierra en este siglo, lo que haría volver al planeta a la temperatura y estadio climático de hace 3 millones del años, por lo que "clima, flora y fauna serán distintos".

 

Asimismo, apuntó que una subida de 6 grados centígrados sería "el fin de la civilización humana". "Ante obviedades como estas estamos profundamente dormidos y no podemos ni imaginar la repercusión de estos cambios", indicó.

El científico explicó que por cada grado centígrado que aumenta la temperatura de la Tierra, la atmósfera absorbe un siete por ciento más las precipitaciones provocando y provoca lluvias más violentas y sequías más largas. "Este cambio de ciclo de vida se producirá tan solo en dos generaciones, es decir, entre nosotros y nuestros nietos."

 

Increíble regateo, propensión suicida

 

La vicepresidenta del gobierno español, María Teresa Fernández de la Vega, previendo las justificaciones que podrían surgir luego de un nuevo fiasco en Copenhague, dijo que no hay razón ni excusa ante un fracaso que sería catastrófico. Por eso ha pedido a los países que dejen "de regatear".

 

Es que una buena parte de los países más desarrollados y contaminadores de la atmósfera se están comportando en las negociaciones para conjurar los efectos del cambio climático, con la psicología del que va a comprar o a vender en un zoco marroquí.

 

Todos quieren ser los que gastan menos y obtienen más. Es evidente que las élites de poder en los diferentes países viven tan satisfechas con las locuras del capitalismo, que ya ni pueden ver los peligros más dramáticos que acechan a ese barco llamado mundo, con el cual se hundirán no solo los pasajeros de tercera clase, sino también los que han sacado boletos de primera. Por eso los líderes políticos, representantes de aquellas élites, regatean los fondos de salvación entre las naciones más desarrolladas y se muestran increíblemente tacaños con los países pobres que necesitan auxilio.

 

Según BBC los puntos sobre los que existe mayor desacuerdo son tres:

Cuánto deben reducir los países desarrollados sus emisiones de carbono.

Cuánto dinero deben aportar estos para ayudar a las naciones pobres a enfrentar el cambio climático.

Cuánto deben reducir los países en desarrollo sus emisiones de gases de efecto invernadero.

 

A fin de cuentas, el asunto clave es el dinero y la competencia desmadrada:

Si un país desarrollado reduce sus emisiones más que otros, arriesga de primer momento su capacidad para competir económicamente y disminuye su cuota de ganancia.

Si un país desarrollado da más dinero que lo que proporcionalmente considera debe dar para ayudar a las naciones, se sentiría también en desventaja frente a otros.

Si los países en desarrollo reducen sus emisiones en la medida que los ricos quisieran, se enlentecería su supuesto camino al desarrollo.

 

Estados Unidos y el cambio climático

 

Estados Unidos ha logrado con amplia ventaja el primer lugar entre los países industrializados que más se han opuesto a la impostergable reducción de las emisiones, mientras los europeos generalmente, tanto en lo retórico como en los hechos, han demostrado una actitud más responsable y realista.

 

Los europeos han propuesto, como bloque, bajar las emisiones de CO2 un 30 por ciento para el 2020 y un 80 para el 2050, tomando como base para el cálculo 1990. Barack Obama ya hizo saber su intención de reducir las emisiones de ese país un siete por ciento para el 2020, pero basándose en el año 2000. Este porcentaje aplicado a un país que consume el 25 por ciento de la energía mundial y es el principal contaminador del planeta, resulta ridículo.

 

Por eso la Unión Europea ya hizo saber que no firmará nada si Estados Unidos no hace lo propio. Y quizás por todo eso Barack Obama no se ha comprometido todavía a estar presente en Copenhague.  Y justamente por esas cosas de este mundo, hoy se está anunciando en la prensa internacional que la nieve que corona la cima del Kilimanjaro, el pico más alto de África, con 5 985 metros de altura, está disminuyendo tanto que podría desaparecer en unos pocos años, probablemente debido al calentamiento global. El 85 por ciento de la nieve que cubría esta montaña en 1912 había desaparecido en 2007. En los últimos siete años del estudio, la pérdida fue de casi el 30 por ciento.

 

Quizás habrá quien encuentre ahora otro sentido al enigma que planteara el escritor norteamericano Ernest Hemingway al publicar Las nieves del Kilimanjaro en 1952: "Cerca de la cima se encuentra el esqueleto seco y helado de un leopardo, y nadie ha podido explicarse nunca qué estaba buscando el leopardo por aquellas alturas."

 

Otra agricultura para otro clima

 

Barcelona, España, jueves 5 de noviembre de 2009, por Esther Vivas, Kaosenlared.- El actual modelo de producción agrícola y ganadero industrial contribuye a profundizar en la crisis ecológica global con un impacto directo en la generación de cambio climático.

 

El actual modelo de producción agrícola y ganadero industrial contribuye a profundizar en la crisis ecológica global con un impacto directo en la generación de cambio climático. Aunque a primera vista no lo parezca, la agroindustria es una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero.

Así lo ha puesto de relieve la campaña No te comas el mundo, en el marco de las movilizaciones de estos días en motivo de la reunión de las Naciones Unidas en Barcelona sobre cambio climático, previa a la crucial cumbre de Copenhague (COP15) en diciembre donde debe aprobarse un nuevo tratado que sustituya al de Kyoto.

Según la campaña, entre un 44 y un 57% de las emisiones de gases de efecto invernadero son provocadas por el actual modelo de producción, distribución y consumo de alimentos. Una cifra resultado de sumar las emisiones de  las actividades estrictamente agrícolas (11-15%), de la deforestación (15-18%), del procesamiento, transporte y refrigeración de los alimentos (15-20%) y de los residuos orgánicos (3-4%).

Y es que no podemos olvidar los elementos que caracterizan a este sistema de producción de alimentos: intensivo, industrial, kilométrico, deslocalizado y petrodependiente. Veámoslo en detalle. Intensivo, porque lleva a cabo una sobre-explotación de los suelos y de los recursos naturales que acaba generando la liberación de gases de efecto invernadero por parte de bosques, campos de cultivo y pastos. Al anteponer la productividad, por delante del cuidado del medio ambiente y la regeneración de la tierra, se rompe el equilibrio mediante el cual los suelos capturan y almacenan carbono, contribuyendo a la estabilidad climática.

Industrial, porque consiste en un modelo de producción mecanizado, con uso de agroquímicos, monocultivos, etc. La utilización de grandes tractores para labrar la tierra y procesar la comida contribuye a la liberación de más CO2. Los fertilizantes químicos  utilizados en la agricultura y en la ganadería moderna generan una importante cantidad de óxido nitroso, una de las principales fuentes de emisión de gases de efecto invernadero. Asimismo, la quema de bosques, selvas... para convertirlos en pastos o monocultivos acaba afectando gravemente a la biodiversidad y contribuye a la liberación masiva de carbono.

Kilométrico y petrodependiente, porque se trata de una producción de mercancías deslocalizada en búsqueda de la mano de obra más barata y de la legislación medioambiental más laxa. Los alimentos que consumimos recorren miles de kilómetros antes de llegar a nuestra mesa con el consiguiente impacto medioambiental. Se calcula que en la actualidad, la mayor parte de los alimentos viajan entre 2.500 y 4.000 kilómetros antes de ser consumidos, un 25% más que en 1980. Nos encontramos ante una situación totalmente insostenible donde, por ejemplo, la energía para mandar unas lechugas de Almería a Holanda es tres veces superior a la utilizada para cultivarlas, a la vez que consumimos alimentos que provienen de la otra punta del mundo cuando muchos de éstos se cultivan también a nivel local.

La ganadería industrial es otro de los principales generadores de gases de efecto invernadero y su avance ha significado una mayor deforestación con un 26% de la superficie terrestre dedicada a pastos y el 33% a la producción de grano para piensos. Sus porcentajes de emisión equivalen al 9% de las emisiones de CO2 (principalmente por deforestación), el 37% de las de metano  (por la digestión de los rumiantes) y el 65% del óxido nitroso (por el estiércol).

Este modelo de alimentación kilométrica y viajera, así como el alto uso de agroquímicos derivados del petróleo, implica una fuerte dependencia de los recursos fósiles. En consecuencia, en la medida en que el modelo productivo agrícola y ganadero industrial depende fuertemente del petróleo, la crisis alimentaria, la crisis energética  y la crisis climática están íntimamente relacionadas.

Pero a pesar de estos datos,  podemos parar el cambio climático y la agricultura campesina, local y agroecológica, como señala el centro de investigación GRAIN, puede contribuir de forma determinante a ello. Se trata de devolverle a la tierra la materia orgánica que se le ha quitado, después de que la revolución verde haya agotado los suelos con el uso intensivo de fertilizantes químicos, pesticidas, etc. Para hacerlo, hace falta apostar por técnicas agrícolas sostenibles que pueden aumentar gradualmente la  materia orgánica de la  tierra en un 2% en un periodo de cincuenta años, restituyendo el porcentaje eliminado desde la década de los 60.

Es necesario apostar por un modelo de producción diversificado, incorporando praderas y abono verde, integrando de nuevo la producción animal en el cultivo agrícola, con árboles y plantas silvestres, así como promover circuitos cortos de comercialización y la venta directa en mercados locales. Con estas prácticas, se calcula que sería posible capturar hasta 2/3 del actual exceso de CO2 en la atmósfera. El movimiento internacional de La Vía Campesina lo tiene claro cuando señala que "la agricultura campesina puede enfriar el planeta".

Asimismo, hay que denunciar las falsas soluciones del capitalismo verde al cambio climático como la energía nuclear, los agrocombustibles u otras, así como los lobbies empresariales que buscan mercantilizar el tratado de Copenhague. Desde distintos movimientos sociales se exige "justicia climática", frente a los mecanismos de mercado incorporados en el protocolo de Kyoto y que tendrán continuidad en Copenhague. Una justicia climática que debe ir a la par con la "justicia social", ligando la lucha contra la crisis ecológica global con el combate contra la crisis económica que afecta a amplios sectores populares, en base a una perspectiva anticapitalista y ecosocialista. Para que el clima no cambie, hay que cambiar el mundo.

Esther Vivas es autora "Del campo al plato" (Icaria, 2009). Artículo publicado en Público, 03/11/09.

http://blogs.publico.es/dominiopublico/1642/otra-agricultura-para-otro-clima/

 

 

El Proyecto GAL III o de Promoción de la Participación Ciudadana y Acceso a la Información Ambiental en Comunas de la Región Metropolitana, de la Comisión Nacional del Medio Ambiente de la Región Metropolitana de Santiago de Chile, CONAMA RM, cuenta con la participación ejecutiva del Instituto de Ecología Política, IEP, y el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional de Chile, AGCI, y la Unión Europea, UE. Se autoriza la copia, distribución y uso de los contenidos publicados en el BOLETÍN GAL, siempre y cuando no se utilicen con fines comerciales, se reconozca la autoría y se identifique explícitamente a la fuente. Las opiniones vertidas por otras fuentes, visitantes o colaboradores en esta publicación no necesariamente reflejan los puntos de vista del BOLETÍN GAL. Esta publicación no es spam y se envía bajo los Artículos 2 y 4 de la Ley 19.628 de la República de Chile y de acuerdo a la nueva Ley del Consumidor Nº 19.496 y su modificación Nº 19.955 del 2004, en su Artículo 28b, donde regula el envío de correos electrónicos ("Toda comunicación promocional o publicitaria enviada por correo electrónico deberá indicar la materia o asunto sobre el que versa, la identidad del remitente y contener una dirección válida a la que el destinatario solicite la suspensión de los envíos"). Si usted desea ser removid@ de nuestro directorio en forma temporal o definitiva, por favor responda a este e-mail indicando "Remover" en el Asunto (subject)

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